Visitas a la isla de Cortegada, naturaleza en estado puro
Cortegada es uno de los mayores tesoros que guarda A Ría de Arousa, siendo un punto natural muy importante, tanto para Pontevedra como para Galicia. Por ello, nos gusta promover las visitas a la isla de Cortegada como parte del ocio de nuestra comarca.
SU SITUACIÓN GEOGRÁFICA
Localizada en la desembocadura del río Ulla, la isla de Cortegada pertenece a Carril, en Vilagarcía de Arousa. Siendo uno de los mayores orgullos para sus vecinos, tiene una extensión de 54 hectáreas de territorio. En ellas, podrás descubrir parajes únicos, con una vegetación extraordinaria, y una historia que envuelve la isla que sin duda no te dejarán indiferente.
De Carril la separa un banco de arena que toma forma desde tiempos remotos en viveros de marisco. Aquí, se da lugar a la producción de la tan popular y valorada almeja de Carril. Un canal que tiene un ancho de 189 metros y recibe el nombre de “Canal de los Viveros”. Además, este banco de arena, cuando se produce la bajamar, da lugar al descubrimiento de un antiguo camino. Este era utilizado por los habitantes de la isla en tiempos pasados para pasar de la isla a la costa. De este modo, podían realizar tareas y adquirir provisiones en el pueblo, antes de que subiese la mar otra vez. Porque después, al subir la marea, la única forma de comunicarse era y sigue siendo con una embarcación. Este camino se denomina “Camino del carro”, haciendo mención a la utilidad que le daban para pasar con los carros por él.
SU NATURALEZA
La gran riqueza natural de Cortegada la han llevado a ser parte del Parque Nacional de las Islas Atlánticas. Y aunque en el pasado, la isla era lugar de labradío para sus habitantes, hoy se puede apreciar una visión de Cortegada totalmente densa y cubierta por la vegetación. En ella, se conserva una enorme robleda y una importante masa de Pinus pinastes. Además, cuenta con un destacado bosque de laureles.
Resulta muy curioso que en la isla se encuentren especies que no se localizan en ningún otro punto de As Rías Baixas. La explicación es sencilla. Las condiciones ambientales de la isla y su localización provocan el desarrollo de la vegetación en mayor medida que en otros lugares. Esto hace que numerosos investigadores y científicos la valores y estudien.
LA HISTORIA DE CORTEGADA
A lo largo de su historia, fueron muchas las idas y venidas que sufrió la isla de Cortegada. Pasando de mano en mano por aquellos que tenían un gran interés en hacerse con ella hasta el reconocimiento actual. Una isla que, hasta no hace mucho, estaba habitada, y de la encontramos menciones realizadas por el abogado, escritor y científico romano Plinio en el siglo I bajo el nombre de Corticata.
El monasterio
Podemos encontrarnos con diversidad de construcciones que forman la historia de la isla de Cortegada. Pero la construcción más importante tiene lugar en la Edad Media, cuando se realiza un monasterio. Hoy en día, de él, solo quedan restos derruidos. De este modo, solo podemos reconocer su iglesia monasterial, la cual fue en su época un santuario. Además, se puede apreciar en frente de la iglesia un crucero. El hecho de que se localizase una iglesia en la isla daba a entender la importancia de la comunidad que habitaba Cortegada. Del mismo modo, eran de gran relevancia y muy concurridas las romerías que se celebrarán a la isla cada 25 de marzo y 15 de septiembre.
Ya en el siglo XVII, más concretamente en el año 1652, la isla de Cortegada albergó un hospital lazareto. Estos lugares eran hospitales o edificios de semejanza, que se localizan en lugares aislados para el tratamiento de enfermedades infecciosas y/o la prevención de epidemias contagiosas. De ahí que al tratarse Cortegada de una isla, fuese el escenario idóneo para albergarlo.
Situándonos ya a principios del siglo XX, la isla de Cortegada contaba con una aldea de colonos de los cuales quedan los restos de las viviendas. Estos habitantes aprovechaban los recursos de la tierra realizando el labradío. Así, subsistían en comunidad y autoabasteciéndose. Muestra de ello también son los restos de las numerosas cuadras y pozos que abastecían al pueblo de agua.
También se encuentra, en la parte occidental de Cortegada, las ruinas de una casa señorial construida a finales del siglo XIX. Se presupone que esta casa, al caracterizarse por pertenecer a una familia rica, sería propiedad de los dueños de la isla de Cortegada. Hay que tener en cuenta que hasta 1910 pertenecía al Pazo da Gulpilleira, el cual se beneficiaba económicamente de las rentas que pagaban los habitantes de Cortegada por estar en ella y trabajar las tierras.
Cortegada, una isla para el Rey
Pero todo cambio a partir de 1910. Por suscripción popular fue adquirida para, con el fin de que construyera su residencia de veraneo, donarla al rey Alfonso XIII. Finalmente, y aunque ya había incluso planos relazados de las obras, la residencia de veranos del monarca no fue establecida en la isla de A Ría de Arousa.
De este modo, la isla de Cortegada siguió en manos de los monarcas hasta 1958. Fue entonces cuando paso a pertenecer al patrimonio de Juan de Borbón, que se desentendió de ella mediante la venta a la sociedad de la capital de Galicia Cortegada S.A.
Las intenciones de esta sociedad eran las de construir una urbanización pensada para el mercado de lujo, contando con comunicación directa con la costa mediante un puente. Evidentemente el proyecto no fue aprobado, por lo que esta sociedad se enzarzó en una disputa judicial en la cual pedían una indemnización 200 veces superior al valor de compra que habían realizado.
Ante tales acciones, los vecinos del municipio arousano de Vilagarcía decidieron constituir la Comisión Pro-Cortegada. Su acción principal era que se declarase la isla parque natural público, de modo que todos pudiesen disfrutar del lugar, y que se salvaguardase su naturaleza. Finalmente consiguieron su objetivo, y cualquier pretensión urbanística sobre la isla de Cortegada quedó totalmente paralizada. La Xunta de Galicia, tras un pago de justiprecio de 1´8 millones de euros, expropio la isla para que así tuviese definitivamente un dominio público.
Con respecto a la conservación natural del entorno, la isla de Cortegada se integró dentro del Parque Nacional de las Islas Atlánticas, el único de Galicia. Esto asegura su buen estado medioambiental contando con la protección administrativa. Así se consigue que pase a ser un punto de referencia en el cuidado y el respeto hacia el medioambiente y la conservación por nuestra historia y patrimonio.
ACCESO A LA ISLA DE CORTEGA
Dado que el acceso a la isla de Cortegada no cuenta con un servicio público, y son necesarios estar al día en los permisos necesarios de navegación por el Parque Nacional de las Illas Atlánticas, la mejor forma de conocer la isla de Cortegada es mediante una ruta en kayak.
Gracias a que contamos con profesionales debidamente titulados por el Parque Nacional, con una gran experiencia en el mundo del kayak, el realizar esta ruta y conocer la isla de Cortegada será una experiencia inolvidable.
Para acceder a ella se realiza un trayecto en kayak que pasa por los viveros de la cotizada almeja de Carril, permitiendo a los participantes conocer el lugar en el cual se cultiva este valorado bivalvo.
Al llegar a la isla, y mediante una ruta de senderismo, tienes la oportunidad de descubrir cada rincón de la isla.
Si durante un montón de tiempo, el acceso a la isla era para unos pocos, y hoy en día tenemos la suerte de que las pretensiones urbanísticas no nos han quitado un pedazo de paraíso en Pontevedra, ¿por qué no aprovecharlo y visitar la isla de Cortegada?