Que hacer en O Salnés en 3 días
Hoy os vamos a contar que hacer en O Salnés en 3 días. Si, somos conscientes de que no se puede conocer un destino en 3 días. ¡Y mucho menos 9! Ya que son 9 los municipios que conforman la comarca de O Salnés.
Pero para todos aquellos que o bien tienen tiempo limitado, o quieren ver muchas cosas en muy poco tiempo, os vamos a hacer un pequeño resumen de los lugares imprescindibles de O Salnés. O al menos lo vamos a intentar. Se nos van a quedar muchos en el tintero. Pero quién sabe, tal vez en otra ocasión os propongamos un plan de más duración.
Lugares imprescindibles de O Salnés
Es difícil esto de condensar los lugares imprescindibles de O Salnés en solo tres días. Más que difícil, es imposible. Así que vamos a hacer un brevísimo resumen de lo que aquí una servidora haría. Sí, he metido alguna cosa a mayores. Pero merece la pena intentar verlos todos. Hay mucho que hacer en O Salnés.
Día 1: O Grove y Sanxenxo
Si vas a O Grove, tienes que ir a la capilla de San Caralampio. También conocida como capilla de las conchas por su curioso recubrimiento de conchas de vieira. ¿Sabes por qué está así? Al estar tan cerca del mar, las humedades eran algo preocupante, pero las conchas son un magnífico aislante. Así que fue un dos por uno, proteges de la humedad y decoras. Para llegar a la capilla, pasarás también por delante del Gran Hotel, del antiguo balneario y de la tienda de jabones de La Toja. Además de cruzar el magnífico puente que une la Illa da Toxa con la península del Grove, construido a principios del siglo XX.
Después de la isla, nuestro siguiente destino se encuentra en la salida del municipio, el istmo de A Lanzada, que comparte nombre con la playa, de las más grandes de Galicia, que comunica O Grove con su vecina Sanxenxo. Si paseamos por la playa, llegaremos al yacimiento arqueológico de A Lanzada.
No hay nada en A Lanzada que no impresione. Enmarcado por un telón de fondo inigualable, nos encontramos con una factoría y una necrópolis romana, y con una capilla y los restos de una torre de época medieval. Y si esto fuera poco, tenemos una leyenda que rodea este lugar, uno de estos antiguos ritos de fertilidad.
Si continuamos hacia el centro de Sanxenxo, veremos la playa de Silgar, con el precioso y concurrido paseo marítimo que la acompaña, uniendo el barrio marinero de Portonovo con en más que conocido Puerto Deportivo Juan Carlos I, donde tienes bastantes probabilidades de encontrarte con yate de Amancio Ortega, entre otras personalidades. Puedes aprovechar esta visita para cenar en uno de los muchos restaurantes que te encontrarás por el paseo, o tomar algo en alguna terraza de la zona portuaria.
Día 2: Meaño, Meis, Ribadumia y Cambados
Iniciamos la jornada en Meaño, subiendo al mirador de San Cibrán aprovechando belleza del paisaje con las primeras luces del día. Puedes buscar el cordón de oro que, según la leyenda, está enterrado aquí.
Continuamos la visita enlazando Meis y Ribadumia con la Ruta da Pedra e a Auga. Una vereda creada para dar servicio a los molinos que nos encontraremos a lo largo de un recorrido de unos 6 km que parece sacado de un cuento de hadas.
En un extremo de la ruta nos encontraremos con el Monasterio de A Armenteira, la joya de la corona de Meis. Imagínate la calma y la tranquilidad que trasmite este enclave que su fundador, San Ero, entró en trance y durmió durante 300 años. Si quieres alejarte del mundanal ruido, definitivamente este es uno de los lugares imprescindibles de O Salnés.
En el otro extremo tenemos Ribadumia, donde se encuentran algunos de los más importantes pazos de Galicia y una magnífica gastronomía. Si tienes suerte de topar con alguna de sus fiestas gastronómicas, todavía mejor.
Cruzando el río entramos en Cambados, la capital del albariño. Algo que siempre sale a relucir cuando se pregunta que hacer en O Salnés. Pero no te des al vino tan pronto, déjalo para alguno de sus restaurantes. El pintoresco barrio marinero de Santo Tomé, algo más alejado del centro y de la magnífica plaza de Fefiñáns, que alberga uno de los más reconocidos pazos gallegos, es un estupendo lugar para pasear.
Aquí te recibirán las ruinas de Santa Mariña de Dozo, en palabras de Álvaro Cunqueiro, “el más melancólico camposanto del mundo”. Si bajamos hasta la costa un cruzamos un pequeño puente, nos recibirán los restos de la torre de San Sadurniño, una torre vigía que advertía a Santiago de la llegada de asaltantes.
Día 3: Vilagarcía, Vilanova y A Illa de Arousa
Comenzamos la jornada cruzando el puente, inaugurado en 1985, que comunica A Illa de Arousa con el continente. Nuestro destino una vez dentro del municipio es otra isla, específicamente el islote de Areoso, conocido cariñosamente como el Caribe gallego. Pero aquí ya no hay puente, tendrás que remar. Una vez que te aproximes a él entenderás el porqué de su sobrenombre. Te recibirá una playa de arena blanca y unas prístinas aguas que te harán pensar que, efectivamente, estás en el Caribe. Y no es lo único que destaca de Areoso. Oculta muchos más secretos bajo la arena.
Una vez de vuelta, nos dirigiremos a su vecina Vilanova de Arousa, villa natal de Ramón María del Valle-Inclán, el creador del esperpento. Su casa-museo es nuestra siguiente parada. Situada en el centro del pueblo, en el conocido como Pazo del Cuadrante (si, más pazos). En el se albergan primeras ediciones de sus obras, además de una reconstrucción de como sería la casa cuando en ella nació el ilustre escritor. El pazo además forma parte de la Ruta de las Camelias, todo un espectáculo si puedes ir en su época de floración.
Finalizamos la jornada en la señorial Vilagarcía de Arousa. Los edificios que te puedes encontrar en su centro histórico reflejan con claridad su pasado aristocrático y su amplia historia. El castro Alobre, el jardín botánico o el Conjunto de pazo y convento de Vista Alegre, emblema y origen de Vilagarcía, y el único pazo de los múltiples que alberga la villa que está declarado Monumento Histórico-Artístico (y el último pazo que os voy a hacer ver, prometido), son buena muestra de ello.
Los pazos gallegos: reminiscencias de un pasado señorial
Si ya te has aburrido de oírme hablar (más bien de leerme) de pazos, no pases de aquí. Pero si eres como yo, una enamorada de estas magníficas casas señoriales, te invito a continuar con la lectura.
Los pazo son algo típico de Galicia. Toda la geografía de nuestra comunidad está salpicada de estas casas nobiliarias, habitualmente de veraneo, ya que la nobleza solía residir en Madrid, aunque siempre hubo excepciones. Sin dividimos por provincias, Pontevedra se lleva la palma, a pesar de que hay unos cuantos en Coruña que deben ser tenidos en cuenta. Y dentro de Pontevedra, la comarca de O Salnés es el lugar por excelencia si te apasionan estas edificaciones.
Un claro ejemplo es Cambados. En épocas de guerra, los habitantes de la villa estaban exentos de formar parte de la milicia debido a que eran los dueños de los pazos los encargados de defender la zona, por lo que se quedaban aquí. Así de grande es la cantidad de pazos que tenemos por aquí.
Ya para acabar, os voy a nombrar algunos por si es algo que os gusta y os animáis a verlos (no todos son visitables, pero la mayoría se pueden ver por fuera). En Vilagarcía destacan Vista Alegre, Rubiáns, O Rial y O Castriño. En Vilanova podemos disfrutar de Baión, O Cuadrante y Vista Real. De la gran cantidad de pazos que alberga Cambados, destacamos Fefiñáns, Ulloa, Torrado y Montesacro. En Meis nos podemos encontrar con el pazo de Señoráns, A Saleta y Casal do Río. En Ribadumia son visita obligatoria Barrantes y Quinteiro da Cruz, y en Meaño, Lis y Zárate. Por último, destacan Quintáns, Miraflores y Revel en Sanxenxo.
Solo son una pequeña muestra de los pazos gallegos que nos podemos encontrar a nuestro alrededor. Un ejemplo más del rico patrimonio que nos ofrece la comarca y de todo lo que hacer en O Salnés.