Historia de la isla de Cortegada: el bosque de laurel flotante
La historia de la isla de Cortegada está plagada de curiosidades, anécdotas y leyendas que le confieren a esta pequeña isla de la ría de Arousa parte de su enigmático carácter. Un lugar protegido pero accesible al público, que puedes recorrer gracias una ruta de senderismo en la que descubrirás los secretos que esconde.
Cortegada está situada frente al barrio marinero de Carril, en Vilagarcía de Arousa, municipio del que forma parte. Siempre estuvo vinculada a este pintoresco barrio, básicamente por su proximidad que hace que, cuando la marea está baja, incluso se pueda acceder andando.
Pero cuidado con esto último ya que, si te despistas y la marea empieza a subir, te quedarás atrapado en la isla hasta la siguiente bajamar. Cuando esto sucedía, los antiguos habitantes de Cortegada aprovechaban para cruzar hasta Carril a pie, por el conocido como Camiño dos Carros.
Alberga el bosque de laurel más grande de Europa, además de ser hogar de varias especies protegidas. Un lugar único que puede visitarse, pero siempre cumpliendo con unas normas de conducta básicas que ayuden a preservar este hermoso y frágil lugar.
Corticata, residencia real
La historia de la isla de Cortegada se remonta a la Edad Antigua. Los romanos la conocían como Corticata y, aunque no se han encontrado asentamientos de esta época en la isla, sí que se hallaron restos en sus alrededores. Lo que confirma que la isla de Cortegada fue testigo directo de las relaciones comerciales en la época romana.
Debido a su ubicación en la ría de Arousa, cercana a la desembocadura del río Ulla, fue un lugar de paso durante la Edad Media para los asaltantes que remontaban el río en su deseo de llegar a saquear Santiago de Compostela.
Fue en esta época, cuando pasó a manos de la Iglesia. La creciente presión de peregrinos que buscaban la sanación en su capilla, hizo que hubiera que trasladar esta edificación desde el centro del poblado a cerca del embarcadero, para intentar evitar el contacto entre los habitantes de la isla y los enfermos. Y que se construyera un lazareto. Una muestra más de la importancia de la historia de Cortegada.
Durante siglos, estuvo en manos de la Iglesia. Hasta que, en 1910, la donaron al rey Alfonso XII con la idea de que construyera aquí su residencia de verano, y atraer así a la corte hasta Cortegada. Sin embargo, esto nunca sucedió, y la isla de Cortega se convirtió en coto de caza real.
La historia de la isla de Cortegada: el Parque Nacional de las Illas Atlánticas
La historia de la isla de Cortegada está plagada de idas y venidas. Durante el convulso siglo XX tuvo multitud de dueños. Con la Primera República, dejó de pertenecer al rey para acabar manos del Estado. Algo que cambiaría en pleno franquismo, cuando don Juan de Borbón recuperó la propiedad de la isla. Pero acabó por venderla a una inmobiliaria, que pretendía construir aquí un complejo turístico. Algo que el pueblo impidió.
Con la llegada del siglo XXI llega la estabilidad a la historia de Cortegada. En el año 2002 fue incluida en el Parque Nacional das Illas Atlánticas de Galicia, pero no fue hasta el 2007, cuando es adquirida por la Xunta de Galicia, que se vuelve accesible para todos.
La de Cortegada es una historia de vaivenes, lo que le ha conferido a la isla parte de su carácter. Los diferentes avatares que vivió a lo largo de los años, junto con la frondosidad de sus bosques, que esconden aldeas abandonadas, y que son hogar de leyendas como la del Urco, hacen de esta isla un lugar místico y enigmático.
Un lugar que puedes visitar para descubrir todos los secretos que guarda. ¿Te atreves a visitar la isla de Cortegada?
